POEMA Y TECNOLOGÍA
Las relaciones entre la poesía moderna y la ciencia han sido sumamente interesantes. Por ejemplo, Edgar Allan Poe, en “Filosofía de la composición”, planteó que la elaboración de su poema “El cuervo” fue asumida por él mismo como un problema matemático. Por su parte, Ezra Pound creía que la poesía debía ser una ciencia como la biología o la química. En el ámbito de la poesía peruana, Rodolfo Hinostroza, en Contra Natura (1971 ) intentó asignarle valor ético a las fórmulas matemáticas, de manera que la circunferencia se asocia con el amor. Hinostroza llega a decir que “las matemáticas purifican (...) / limpian un cuerpo un espacio”. En el último libro de Enrique Sánchez Hernani, Vinilo (2006), hay un poema muy sugestivo cuyo título es “Inutilidad de los telégrafos”. No me resisto a la tentación de transcribirlo en su integridad:
Secretamente me cubro de alborozo
cada vez que oigo tu voz
por el hilo del teléfono.
Entonces alabo la pertinencia
de tan magnífico invento
pondero las virtudes
del ciudadano Alexander Graham Bell
y soy capaz de hacerle un himno
a la Telefónica.
Cuando esto no sucede
maldigo en voz baja
el alza de las tarifas
la imperfección
de los postes del cableado
frente a la belleza innata de los ficus
y la sobria hermosura
de las antiguas palmeras.
Entonces no hay Páginas Amarillas
que pueden cambiar el color de mi pena.
Las relaciones entre la poesía moderna y la ciencia han sido sumamente interesantes. Por ejemplo, Edgar Allan Poe, en “Filosofía de la composición”, planteó que la elaboración de su poema “El cuervo” fue asumida por él mismo como un problema matemático. Por su parte, Ezra Pound creía que la poesía debía ser una ciencia como la biología o la química. En el ámbito de la poesía peruana, Rodolfo Hinostroza, en Contra Natura (1971 ) intentó asignarle valor ético a las fórmulas matemáticas, de manera que la circunferencia se asocia con el amor. Hinostroza llega a decir que “las matemáticas purifican (...) / limpian un cuerpo un espacio”. En el último libro de Enrique Sánchez Hernani, Vinilo (2006), hay un poema muy sugestivo cuyo título es “Inutilidad de los telégrafos”. No me resisto a la tentación de transcribirlo en su integridad:
Secretamente me cubro de alborozo
cada vez que oigo tu voz
por el hilo del teléfono.
Entonces alabo la pertinencia
de tan magnífico invento
pondero las virtudes
del ciudadano Alexander Graham Bell
y soy capaz de hacerle un himno
a la Telefónica.
Cuando esto no sucede
maldigo en voz baja
el alza de las tarifas
la imperfección
de los postes del cableado
frente a la belleza innata de los ficus
y la sobria hermosura
de las antiguas palmeras.
Entonces no hay Páginas Amarillas
que pueden cambiar el color de mi pena.
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