Análisis de 'El profesor suplente" de Julio Ramón Ribeyro *



La obra narrativa de Julio Ramón Ribeyro (1929-1994) es una de las más importantes de la literatura peruana contemporánea porque en sus cuentos supo recrear la vida de los marginados en una sociedad estamental como la peruana. Algunos han considerado que Ribeyro es el más grande cuentista peruano; otros, por el contrario, han afirmado que dicho escritor es demasiado tradicional y no  realiza innovaciones formales en el ámbito de la técnica narrativa. Pensamos que Ribeyro constituye uno de los grandes autores peruanos que intentó plantear la vida de los marginales en el Perú contemporáneo. Para verificar dicha hipótesis, haremos una contextualización y luego analizaremos el cuento “El profesor suplente” que forma parte de Las botellas y los hombres, libro que vio la luz en 1964.

Ribeyro es un representante de la denominada generación del cincuenta, la cual está integrada por escritores como Oswaldo Reynoso, Luis Loayza, Blanca Varela y Mario Vargas Llosa, entre otros. El autor de Los geniecillos dominicales pertenece a la corriente llamada el realismo urbano que surgió en el contexto de la década de los años cincuenta en el Perú. Dicha tendencia narrativa se desarrolló como consecuencia del crecimiento de la urbe por el predominio de las migraciones del campo a la ciudad y, sobre todo, a Lima. Asimismo, cabe mencionar que el gobierno de Manuel A. Odría (1948-1956) significó una modernización autoritaria e impulsó medidas arbitrarias que limitaron la libertad de expresión en aquella época, como, por ejemplo, envió al exilio a ciertos poetas como Gustavo Valcárcel o Alejandro Romualdo.

Hay críticos literarios que han dedicado páginas al estudio de la obra de Ribeyro, entre ellos cabe destacar a Peter Élmore (2002), quien sostiene que Matías, personaje central de “El profesor suplente”, es un mesócrata que, a pesar de tener una buena instrucción, cumple el papel del cobrador en el mundo representado. Por su parte, Isolina Rodríguez Conde (2015) señala que en el mencionado relato existen dos niveles narrativos que se contraponen: la realidad y la ficción. 

Sobre la base de los aportes de los dos investigadores antes mencionados, podemos decir que existen tres personajes centrales en “El profesor suplente”: Matías, la esposa de este y el doctor Valencia. El primero (redondo, pues evidencia algunas transformaciones del principio al final del relato) es el personaje fracasado que no pude pasar, en dos ocasiones, el examen para graduarse de abogado. En cambio, la segunda es la mujer que consuela a Matías cuando este se encuentra en el abismo de la desesperanza; mientras que el tercero es el ser humano exitoso que se va al extranjero y, por eso, deja su trabajo de profesor a Matías. Estos dos últimos personajes son planos, ya que mantienen los rasgos básicos de su personalidad a lo largo del cuento. 

Las particularidades antes mencionadas sirven para plantear que el tema fundamental del relato es la exclusión de ciertos actores de la vida social cuyo accionar revela una suerte de automarginación (un subtema) y la falta de esperanza (otro subtema) en una sociedad que da escasas oportunidades de realización como la peruana. Sin embargo, dicha temática se articula sólidamente al empleo de ciertos recursos estilisticos, en vista de que el plano del contenido se complementa con el de la expresión. El primero de estos el narrador heterodiegético omnisciente, ya que sabe perfectamente lo que piensa Matías acerca de situación laboral y su permanente sensación de frustración. El segundo es la tensión que, muchas veces, se asocia con la lentitud descriptiva: “Un pino y una palmera, confundiendo sus sombras, le recordaron un verso, cuyo autor trató en vano de identificar” (Ribeyro, 1995). El tercero es la intensidad que pone de relieve la rapidez de la acción narrativa: “Matías prosiguió su camino, llegó a la avenida, torció al parque, anduvo sin rumbo entre la gente que iba de compras, se resbaló en un sardinel, estuvo a punto de derribar a un ciego y cayó finalmente en una banca, abochornado, entorpecido, como si tuviera un queso por cerebro” (Ribeyro, 1995).

Ahora bien, ¿cuál es el sentido de la obra y qué problemática aborda esta última?  Este cuento de Ribeyro analiza la vida de la clase media baja y empobrecida en el Perú contemporáneo. Dicho estrato social quiso ascender socialmente a través de los estudios superiores universitarios, pero lamentablemente (por falta de oportunidades) no pudo hacerlo. Entonces, para poder sobrevivir, realiza trabajos de segundo nivel no pertinentes para alguien que ha estudiado en la universidad. En este caso, Matías estudió abogacía, pero reprobó el examen de bachillerato dos veces consecutivas y tuvo que dedicarse a la labor del cobrador. Analicemos el siguiente fragmento:


Hacia el atardecer, cuando Matías y su mujer sorbían un triste té y se quejaban de la miseria de la         clase media, de la necesidad de tener que andar siempre con la camisa limpia, del precio de los                transportes, de los aumentos de la ley, en fin, de lo que hablan a la hora del crepúsculo los matrimonios pobres, se escucharon en la puerta unos golpes estrepitosos y cuando la abrieron                irrumpió el doctor Valencia, bastón en mano, sofocado por el cuello duro (Ribeyro, 1995).


En primer lugar, el narrador revela cómo en el Perú la clase media termina en el abismo de pobreza, pero debe guardar las apariencias (“la camisa limpia”). Además, se observa cómo el alza del costo de vida es muy elevado, pues los transportes cuestan mucho. En segundo término, se trata de una mesocracia empobrecida: el narrador califica de “matrimonios pobres” a los que no tienen ninguna posibilidad de superar una aciaga situación económica. Entonces, aparece la figura del doctor Valencia, quien representa metafóricamente la posibilidad del ascenso social para la pareja sumergida en la miseria casi absoluta. Resulta pertinente señalar cómo Ribeyro, con cierta dosis de humor, retrata a Valencia, personaje que aparece con “el cuello duro” y provisto de un bastón que, de alguna manera, permite asociarlo con una figura de autoridad. 

Otra situación que aborda el cuento es el fracaso que trae como consecuencia la necesidad de guardar las apariencias en una prejuiciosa urbe moderna. En tal sentido, Matías prepara meticulosamente su clase de historia universal: lee sobre Luis XVI y Robespierre, entre otros temas académicos. Trata de volver al mundo académico, pero al final termina atrapado por las redes de frustración porque afirma: 


-¡Yo soy cobrador! -contestó brutalmente, como si hubiera sido víctima de alguna vergonzosa             confusión.

El portero le pidió excusas y se retiró. Matías prosiguió su camino, llegó a la avenida, torció al             parque, anduvo sin rumbo entre la gente que iba de compras, se resbaló en un sardinel, estuvo a             punto de derribar a un ciego y cayó finalmente en una banca, abochornado, entorpecido, como si tuviera un queso por cerebro (Ribeyro, 1995).


Matías se siente un cobrador y no un docente. Se autorreconoce en un oficio de segundo nivel y no se identifica con el puesto de profesor. Por eso, la idea de andar sin rumbo entre las personas puede entenderse como la búsqueda infructuosa de una identidad: Matías se siente desanimado y no ve el verdadero sentido a su existencia. Al llegar a su casa, se ve en la necesidad de guardar las apariencias y le miente a su esposa al decirle que le ha ido muy bien, aunque después se pone a llorar.

“El profesor suplente” puede compararse con otro cuento como “Por las azoteas”, también de Ribeyro. En ambos se observa el rol de los marginales en la sociedad peruana. El niño, en este último cuento, siente una enorme frustración cuando sus padres y tías le limitan la imaginación; por eso, decide ir a las azoteas y encuentra allí al hombre de la perezosa con quien establece una relación amical. Este último, como Matías, ha sido excluido del concierto de la sociedad oficial. Los dos personajes revelan un fracaso: no pueden realizarse plenamente como personas. Por eso, Ribeyro ha dado un inusitado relieve a los marginados que se entregan a la desesperanza y al desencanto. 

En conclusión, Ribeyro es uno de los grandes narradores peruanos, pues en su obra desfilan personajes marginales cuya caracterización psicológica es muy profunda. Un ejemplo del talento del mencionado escritor es el relato “El profesor suplente”, donde la belleza de la prosa y de las descripciones es notable. Por eso, deberíamos volver a las páginas de este autor y revalorar su mensaje tan vigente en el Perú de hoy.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Ribeyro, J. R. (1995). El profesor suplente. https://ciudadseva.com/

Elmore, P. (2002). El perfil de la palabra. La obra de Julio Ramón Ribeyro. Pontificia Universidad Católica del Perú y Fondo de Cultura Económica.

Rodríguez Conde, I. (2015). Aproximaciones a la narrativa de Julio Ramón Ribeyro. [Tesis de doctorado, Universidad Complutense de Madrid]. Repositorio institucional de la Universidad Complutense de Madrid.

https://eprints.ucm.es/53007/1/5309862930.pdf


*Modelo de ensayo para el curso de "Literatura y Sociedad" de la Universidad de Lima.


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