Un justo homenaje a Rodolfo Hinostroza
La obra poética de Rodolfo Hinostroza es una de las cumbres de la literatura peruana. Comenzó con un libro muy singular: Consejero del lobo (1965). Luego, obtuvo el Premio Maldoror con Contra Natura (1971). Después de un largo silencio en el cual no publicó poemario alguno, Hinostroza volvió a las lides con la publicación de Memorial de Casa Grande (2005). Se trata de un escritor que también ha publicado novelas (Fata morgana, por ejemplo), cuentos ("El benefactor"), teatro (ha realizado una obra inspirada en Guamán Poma de Ayala) y ensayos (tiene algunas aproximaciones interesantes a la obra de Stéphane Mallarmé).
Fernando de Diego Pérez y Paolo de Lima acaban de editar las ponencias que se presentaron al simposio en homenaje a Hinostroza que se realizó en Lima del 28 al 30 de abril de 2010 y que fue organizado por la Universidad de Ottawa, la UNMSM, la PUCP y el Centro Cultural Inca Garcilaso de la Cancillería. El título es Hinostroza, il miglior fabbro (Lima: Universidad de Ottawa, Facultad de Letras de la UNMSM y Editorial San Marcos, 2011, 206 pp.)
El conjunto de ensayos está centrado en el estudio de la producción poética, narrativa, teatral y gastronómica de Hinostroza. Luis Fernando Chueca compara la obra de tres poetas emblemáticos de los años sesenta: Heraud revela en textos como "Balada escénica sobre la revolución cubana" algunos rasgos de la poesía política de su generación como la asimilación del magisterio de Bertolt Brecht o el empleo del monólogo dramático; Cisneros, por su parte, representa la historia del Perú en Comentarios reales; por último, Hinostroza plantea "simultáneamente utopía del conocimiento y utopía del lenguaje" (p. 27), pues la poesía exige una multivocalidad del lenguaje.
Distinto es el enfoque de José Antonio Mazzotti, quien plantea que Hinostroza cuestiona cierto tono épico presente en buena parte de la poesía de los años sesenta que manifiestaba una fe en la utopía de la transformación social. El poeta plantea una alegoría del poder absoluto que se sostiene en una postura antibelicista y de antiusura, con algunos ecos de la poética de Ezra Pound.
William Rowe, por su parte, señala que Hinostroza incluye los signos matemáticos en Contra Natura para producir "una fisura entre la diafanidad de la videncia y el nombre que amarra al lenguaje" (p. 49), pues los signos matemáticos logran autonomía en relación con el lenguaje y entonces la significación se suspende intempestivamente.
Paolo de Lima realiza una lectura política de Memorial de Casa Grande tratando de observar, en el mundo representado, el funcionamiento del imaginario de la clase media peruana; pues el sujeto poético allí celebra la familia, a diferencia de Contra Natura donde no existe, según el crítico, una perspectiva de familia ni de comunidad. En este caso sí discrepo abiertamente: creo que el hablante en Contra Natura sí expresa una idea de comunidad integrada por los clochards (vagabundos), Azucena y los sectores marginales, opuestos a la dictadura de César cuyo poder omnímodo busca controlar los actos de habla de todos los sujetos.
El ensayo de Gonzalo Portocarrero es quizá el más débil del conjunto. Nadie niega las virtudes de este intelectual, quien ha escrito libros notables como Racismo y mestizaje y otros ensayos (2007); sin embargo, su postura teórica, anclada en el círculo hermenéutico de Gadamer, no aporta mucho al análisis de la poesía de Hinostroza, pues se queda en una mera paráfrasis del contenido de los mismos, obviando el trabajo de filigrana con el lenguaje que realiza el poeta.
Marco Ramírez aborda el erotismo en Consejero del lobo; Victoria Guerrero hace una buena disección de Aprendizaje de la limpieza; Rocío Ferreira explora una dimensión interesante: el libro Primicias de cocina peruana, donde se observa la reflexión sistemática sobre la gastronomía que realiza el mago de Contra Natura. A ello hay que agregar una iluminadora entrevista de Roger Santivañez, donde Rodolfo habla de su predilección por la poesía de lengua inglesa y de su labor como traductor.
No obstante, los dos estudios más notables del libro son el de Marcel Velázquez ("Lectura pragmática de 'Gambito de Rey'") y el de Marcos Mondoñedo ("El poema como búsqueda del significante: análisis de 'Diálogo de un preso y un sordo' de Rodolfo Hinostroza"). Primero, porque evidencian un buen conocimiento de la bibliografía secundaria. Segundo, evitan el impresionismo y emplean un aparato teórico-metodológico pertinente, que no es rígido, sino que es utilizado creativamente. Asimismo, se evidencia una preocupación por precisar, de modo sistemático, las redes intertextuales que se desprenden de la poesía de Hinostroza.
Velázquez se nutre de los aportes de la pragmática lingüística para evidenciar los actos de habla y los actores sociales que se manifiestan en "Gambito de Rey"; asimismo, maneja la idea de un contexto polifacético: el lingüístico, el social y el situacional. Posteriormente, intenta precisar la noción de implicatura (el sentido implícito de un enunciado) para terminar señalando que la literatura, en realidad, es una convención social.
Por su parte, Mondoñedo se sustenta en las propuestas del psicoanálisis de Jacques Lacan para hacer una interesante lectura de "Diálogo de un preso y un sordo". La concepción lacaniana de lo real como lo imposible de representar lleva a Mondoñedo a preguntarse sobre el sinsentido y cómo se manifiesta en el mencionado poema, pues lo real "no cesa de no escribirse" (p. 120) y el investigador tiene que tratar de precisar sus contornos borrosos e imprecisos.
En suma, Hinostroza, il miglior fabbro es un volumen muy valioso porque profundiza en el imaginario de la poesía de Hinostroza e incentiva la discusión acerca de esta obra cuya vigencia es indiscutible.
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