LOS REINOS DE DENISSE VEGA FARFÁN
Ayer hice una reseña acerca del último libro de Carlos Orellana que obtuvo el premio de la Asociación Peruano Japonesa en 2008, ahora me toca comentar otro poemario galardonado: Una morada tras los reinos (2008)* de Denisse Vega Farfán, quien se alzó con el premio "Poesía joven del Perú 2008", otorgado por el Centro Cultural de España. El volumen se estructura en dos planos: un yo poético desarraigado, sin rostro conocido y cuya permanencia es una incógnita en el mundo; y un segundo nivel, donde se percibe otra voz que intenta lograr que el yo poético (primer plano) llegue a una autoconciencia crítica acerca de su condición en el mundo. La idea suena interesante porque la poeta busca renovar aquella poesía que, heredera del vanguardismo de Huidobro o de la imaginería surrealista, se sostiene en el suceder de una metáfora tras la otra y trata de alejarse, por lo general, del lenguaje coloquial: "le huyo a la noche/ al sol de los paganos/ me alimento con el pan que nadie quiere/ me embriago con el silencio que el hombre ignora". El manejo del ritmo y el escandido de los versos evidencian un oficio innegable; sin embargo, no se observa una diferencia, en cuanto a la norma lingüística, entre las dos voces (dos planos: uno en letra normal y otro en cursiva) que disertan a lo largo del libro. Hubiera sido quizá necesario más contraste entre ambos hablantes con el fin de que la orquestación dialógica se enriqueciera más.
Los temas que desarrolla este libro son, entre otros, la crisis de la noción de trascendencia ("no hay reinos/ no hay nada diferente a esta montaña de polvo"), el poder infestado por los disvalores que pueblan el mundo ("y esta ciudad el reino/ poblado de reyes que compran almas")y la muerte de los inocentes como secuela del ejercicio de la violencia en el universo cotidiano ("los encontré muertos/ sobre el pedernal// degollados corderos").
La palabra "reino" es polisémica, pues alude a una ciudad casi llena de muertos o asfixiada por la violencia; pero también hace referencia al "reino" de Dios en la tierra, que, en realidad, se ha convertido en un espacio absolutamente deshumanizado: "no sé si por mi rostro corre azufre/ o las resonantes palabras de los muertos".
Una morada tras los reinos es un libro bien estructurado, sin caídas, pero donde todavía no asoma un tono personal ni intransferible. Percibo un buen conocimiento de la tradición literaria, pero quisiera ver más de Denisse Vega y menos de sus maestros. Espero que la siguiente entrega colme estas expectativas.
*Vega Farfán, Denisse. Una morada tras los reinos. Lima: Lustra Editores/Centro Cultural de España, 2008.
Comentarios
Saludos desde Cajamarca
lo dicho, no se puede pues. el crítico siempre está por detrás del artista.
DARWIN BEDOYA