EL TERREMOTO Y LA COMUNIDAD DE EXPERTOS
Anoche vi un programa de televisión donde se informaba que Hernando Tavera, del Instituto Geofísico del Perú, había realizado un análisis que llegaba a la conclusión de que se iba a producir un sismo en la zona de Chilca, Chincha y Pisco. El documento fue publicado con la debida antelación por Defensa Civil, sin embargo, el gobierno central no tomó ninguna medida al respecto. Indudablemente es imposible predecir con exactitud la hora y el día de un terremoto; pero sí es posible tomar algunas precauciones. Esto me lleva a pensar que a los políticos de turno, en el Perú, no le interesa en lo mínimo la investigación científica. Aquí se invierte muy poco en ciencia y tecnología. Además, se ha producido un divorcio entre la clase política y la comunidad de expertos. Sin duda, en un país donde la educación deja, por lo general, mucho que desear, hay una distancia enorme entre la comunidad científica y el hombre de la calle. No obstante, es la clase política la que debe tratar de amenguar aquella separación tan abrupta entre la ciencia y el hombre de la calle a través de la difusión de la cultura y de los aportes científicos en escuelas, universidades y otros espacios que permitan a los expertos opinar y difundir sus puntos de vista mediante el uso de un lenguaje accesible a la mayoría y con miras a la prevención de desastres. Si los políticos de turno hubieran tomado en serio los análisis especializados de Hernando Tavera, entonces tal vez se habría podido amenguar los efectos del catástrofe. Si el Presidente de la República hubiera leído el análisis del sismólogo, quizá no estaríamos lamentando la enorme pérdida de vidas humanas que ha significado este terremoto. Si el gobierno central se hubiera preocupado en mejorar paulatinamente la infraestructura de las viviendas en el sur del Perú, probablemente hoy las secuelas de este sismo no serían tan devastadoras.
Anoche vi un programa de televisión donde se informaba que Hernando Tavera, del Instituto Geofísico del Perú, había realizado un análisis que llegaba a la conclusión de que se iba a producir un sismo en la zona de Chilca, Chincha y Pisco. El documento fue publicado con la debida antelación por Defensa Civil, sin embargo, el gobierno central no tomó ninguna medida al respecto. Indudablemente es imposible predecir con exactitud la hora y el día de un terremoto; pero sí es posible tomar algunas precauciones. Esto me lleva a pensar que a los políticos de turno, en el Perú, no le interesa en lo mínimo la investigación científica. Aquí se invierte muy poco en ciencia y tecnología. Además, se ha producido un divorcio entre la clase política y la comunidad de expertos. Sin duda, en un país donde la educación deja, por lo general, mucho que desear, hay una distancia enorme entre la comunidad científica y el hombre de la calle. No obstante, es la clase política la que debe tratar de amenguar aquella separación tan abrupta entre la ciencia y el hombre de la calle a través de la difusión de la cultura y de los aportes científicos en escuelas, universidades y otros espacios que permitan a los expertos opinar y difundir sus puntos de vista mediante el uso de un lenguaje accesible a la mayoría y con miras a la prevención de desastres. Si los políticos de turno hubieran tomado en serio los análisis especializados de Hernando Tavera, entonces tal vez se habría podido amenguar los efectos del catástrofe. Si el Presidente de la República hubiera leído el análisis del sismólogo, quizá no estaríamos lamentando la enorme pérdida de vidas humanas que ha significado este terremoto. Si el gobierno central se hubiera preocupado en mejorar paulatinamente la infraestructura de las viviendas en el sur del Perú, probablemente hoy las secuelas de este sismo no serían tan devastadoras.
Comentarios