MACHU PICCHU, UNA MARAVILLA, Y UN FRAGMENTO DE ARGUEDAS
Con inusitado asombro, hemos visto que Machu Picchu está entre las siete maravillas del mundo. Me pregunto: ¿qué palabras podrían pronunciar aquellas piedras si supieran hablar? Siempre me ha intrigado la voz de la piedra, es decir, aquella oralidad fusionada no solo con la música sino con el monumento pétreo. Algunos poetas (Pablo Neruda, Alberto Hidalgo, Juan Gonzalo Rose, Martín Adán, entre otros) han cantado a la belleza de Machu Picchu. Sin embargo, la majestuosidad de estas ruinas me trae a la memoria un fragmento de Los ríos profundos, de José María Arguedas. Se encuentra al inicio de la novela y relata la historia de Ernesto en el Cusco, junto con su padre. Ambos están frente al palacio de Inca Roca, entonces Ernesto dice a su padre lo siguiente:
"-¿Cantan de noche las piedras?
-Es posible.
-Como las más grandes de los ríos o de los precipicios. Los incas tendrían la historia de todas las piedras con "encanto" y las harían llevar para construir la fortaleza. ¿Y éstas con que levantaron la catedral?
-Los españoles las cincelaron. Mira el filo de la esquina de la torre.
Aun en la penumbra se veía el filo: la cal que unía cada piedra labrada lo hacía resaltar.
-Golpeándolas con cinceles les quitarían el "encanto". Pero las cúpulas de las torres deben guardar, quizás, el resplandor que dicen que hay en la gloria. ¡Mira, papá! Están brillando."
En efecto, se alude al brillo y la historia de esas piedras. Ese resplandor es el que pervive en Machu Picchu. Ernesto llega a decir:
"-Papá --le dije--. Cada piedra habla. Esperemos un instante.
-No oiremos nada. No es que hablan. estás confundido. Se trasladan a tu mente y desde allí te inquietan.
-Cada piedra es diferente. No están cortadas. Se están moviendo."
Aquí me cautivan el sonido de la voz de las piedras y el movimiento de estas últimas. En fin, un pensar mítico andino que inunda las páginas de Arguedas.
Con inusitado asombro, hemos visto que Machu Picchu está entre las siete maravillas del mundo. Me pregunto: ¿qué palabras podrían pronunciar aquellas piedras si supieran hablar? Siempre me ha intrigado la voz de la piedra, es decir, aquella oralidad fusionada no solo con la música sino con el monumento pétreo. Algunos poetas (Pablo Neruda, Alberto Hidalgo, Juan Gonzalo Rose, Martín Adán, entre otros) han cantado a la belleza de Machu Picchu. Sin embargo, la majestuosidad de estas ruinas me trae a la memoria un fragmento de Los ríos profundos, de José María Arguedas. Se encuentra al inicio de la novela y relata la historia de Ernesto en el Cusco, junto con su padre. Ambos están frente al palacio de Inca Roca, entonces Ernesto dice a su padre lo siguiente:
"-¿Cantan de noche las piedras?
-Es posible.
-Como las más grandes de los ríos o de los precipicios. Los incas tendrían la historia de todas las piedras con "encanto" y las harían llevar para construir la fortaleza. ¿Y éstas con que levantaron la catedral?
-Los españoles las cincelaron. Mira el filo de la esquina de la torre.
Aun en la penumbra se veía el filo: la cal que unía cada piedra labrada lo hacía resaltar.
-Golpeándolas con cinceles les quitarían el "encanto". Pero las cúpulas de las torres deben guardar, quizás, el resplandor que dicen que hay en la gloria. ¡Mira, papá! Están brillando."
En efecto, se alude al brillo y la historia de esas piedras. Ese resplandor es el que pervive en Machu Picchu. Ernesto llega a decir:
"-Papá --le dije--. Cada piedra habla. Esperemos un instante.
-No oiremos nada. No es que hablan. estás confundido. Se trasladan a tu mente y desde allí te inquietan.
-Cada piedra es diferente. No están cortadas. Se están moviendo."
Aquí me cautivan el sonido de la voz de las piedras y el movimiento de estas últimas. En fin, un pensar mítico andino que inunda las páginas de Arguedas.
Comentarios
Piedras de fama mundial... que canten eternamente y nos hagan recordar la belleza de nuestra historia