Fallece poeta Antonio Cisneros
Irónico,
desmitificador, notable exponente de la llamada generación del sesenta, Antonio
Cisneros falleció el día de hoy a la edad de 69 años, víctima de una penosa
enfermedad. Es difícil hacer referencia a la renovación de la poesía peruana y a
la asimilación de los aportes de la poesía de lengua inglesa sin mencionar a
Cisneros. Su primer poemario importante,
Comentarios reales, significó una lectura periférica y
contestataria de la historia del Perú. El poeta ironizó la Conquista y el
Virreinato como etapas signadas por la violencia; asimismo, desmitificó la
Emancipación al burlarse de los criollos independistas que configuraron una
nueva élite ilustrada absolutamente ajena a la pluralidad cultural y
lingüística del Perú. Términos como “libertad”, “igualdad” y “democracia” se
transformaron en letra muerta durante nuestra época republicana.
Posteriormente, Cisneros dio a conocer Canto
ceremonial contra un oso hormiguero bajo el influjo del discurso de las
ciencias sociales. Allí el poeta criticó la alienación que reina en la sociedad
capitalista y la representó en la figura de una ballena (“Poema sobre Jonás y
los desalienados”): el ser humano se ve obligado, para subsistir, a vivir
alimentando a la ballena. Después vieron la luz otros poemarios como Agua que no has de beber, El libro de los
dios húngaros y Como higuera en un campo de golf que confirmaron la alta calidad de la poesía
de Cisneros. Recuerdo un poema donde, a la manera de un collage de citas, el
poeta transcribe fragmentos de la partida de bautismo de César Vallejo,
aquello que este dice en una de sus cartas y ciertas ideas tomadas de algunos
críticos que han estudiado la obra vallejiana; con todos esos materiales, Cisneros elabora un poema a partir
de la orquestación de referencias culturales. Hay otro texto notable (“En la Universidad de
Niza”) donde se desacraliza la imagen de Cristóbal Colon que es ridiculizado
por el dardo de la crítica de Cisneros. Ahora solo nos queda volver a la obra del
poeta que hoy ha partido a otros lares y calibrar, en su justa medida, su voz
siempre presente.
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