CONTRA EL CONTENIDISMO EN EL ANÁLISIS DE POESÍA/ CFC

El análisis que se concentra solamente en los contenidos o los temas, dejando de lado los aspectos formales y estilísticos del poema, se denomina contenidismo. Esta perspectiva asoma en los estudios culturales a la usanza norteamericana, donde simplemente se busca desjerarquizar todas las prácticas discursivas y poner en el mismo nivel un poema que una escritura en la pared. Indudablemente, el contenidismo es una perspectiva bastante sesgada para analizar un poema, pues deja de lado el trabajo formal del escritor, evidencia de la ideología que subyace al discurso artístico. La forma es también contenido en un poema y, por lo tanto, la óptica contenidista menosprecia la relación motivada entre el significante y el significado en un texto literario. Ángel Rama y Antonio Cornejo Polar (quienes abordaron, respectivamente, la poesía de José Martí y la de Mariano Melgar ) superaron el contenidismo y plantearon un equilibrio entre el análisis ideológico y el formal.

Comentarios

Daniel Salas dijo…
Saludos, Camilo. Me acabo de enterar de la existencia de esta página.

Tengo mis reservas sobre este post. En primer lugar, hay que tener en cuenta que los estudios culturales surgieron en Inglaterra y, claro, es verdad que prendieron mucho en Estados Unidos. Hay que precisar (si bien esto no es algo que tú sostengas, pero de todos modos es conveniente saberlo) que la academina de Estados Unidos no se reduce a los estudios culturales.

Los estudios culturales, en mi opinión, han sido y son un aporte significativo; eso sí, siempre y cuando estén bien hechos. Yo, personalmente, nunca he escuchado decir que las obras literarias solamente pueden ser juzgadas por su "contenido". Por el contrario, en los estudios medievales más recientes (inspirados en la deconstrucción y los estudios culturales), no hay tal cosa como "contenido" o "significado", sino que se enfatiza el estudio de la práctica. No me parece banal, por ejemplo, que estudiemos la poesía como enunciados construidos y ejecutados para finalidades concretas (donde lo "concreto" no tiene que ver solamente con objetos y prácticas materiales sino también ideológicas y figurativas). Como dice Lakoff, a quien citas en otro post, vivimos a través de metáforas, pero también podemos matar o cambiar el mundo a través de metáforas. Precisamente porque valoro los efectos de la literatura en la imaginación me parece importante rescatar su dimensión política (en el sentido de Fredric Jameson) y este procedimiento crítico no me parece una banalización.

Saludos.
Hola Daniel:

No rechazo los estudios culturales en bloque, sino aquellos que, sobre todo en Estados Unidos, no respetan la especificidad de la tradición literaria, dejan de lado los análisis formales y convierten a la crítica literaria en furgón de cola de la sociología. Antonio Cornejo Polar y Ángel Rama siempre respetaron la especificidad de la tradición literaria. Por ejemplo, cuando Cornejo Polar estudió la poesía de Mariano Melgar, puso de relieve el estudio del "yaraví" como forma poética, hecho que significaba una verdadera independencia respecto del canon peninsular. No defiendo una vuelta al formalismo inmanentista ni a la "literariedad", sino un enfoque interdisciplinario o, mejor, transdisciplinario, basado en un análisis estilístico como paso previo para llegar al complejo mundo de las ideologías y del abordaje de los contextos culturales. Además, creo que algunos autores, como José María Eguren, no podrían ser abordados, de modo fructífero, desde la óptica de los estudios culturales a la usanza norteamericana. Sé que no está de moda hacer análisis formales ligados a ciertos aspectos ideológicos; pero creo que en Europa la Retórica General Textual se ha convertido en una retórica expandida, superando así a la retórica restringida del Grupo Mi. Un abrazo, Camilo

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