BREVE HOMENAJE A NICANOR PARRA



El antipoeta y mago de la palabra ha muerto. La poesía de Nicanor Parra (1914-2018) surgió a partir de los años cincuenta como una reacción a la poética de Pablo Neruda. Grandilocuente, el autor de Canto general; sentencioso, el orfebre de La cueca larga. En "Los vicios del mundo moderno" retrató, con desencanto, el reinado del infierno de la modernidad. No quedaba otra solución salvo que un terremoto arrasara con todo: "Reconozco que un terremoto bien concebido/
Puede acabar en algunos segundos con una ciudad rica en tradiciones/ Y que un minucioso bombardeo aéreo/ Derribe árboles, caballos, tronos, música". En "Yo soy el individuo", plasmó la historia del ser humano llena de guerras y otros conflictos. Al final, el texto desembocaba en una sentencia final: "La vida no tiene sentido". Antimoderno, el poeta asumió el ritmo de la cueca y el tono de la oralidad. Aquí uno de sus más celebrados poemas, "La montaña rusa:

Durante medio siglo la poesía fue
el paraíso del tonto solemne.
Hasta que vine yo
y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan
echando sangre por boca y narices.


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